martes, 4 de mayo de 2010

Crónica del descenso de Dawa y Sonam

SONAM, DAWA Y OTROS HÉROES DE LA MONTAÑA , por María Antonia Nerín

A Dios gracias, han llegado Sonam y Dawa al Campo Base esta madrugada, sanos y salvos, con 30 kg cada uno y habiendo esquivado una avalancha mientras bajaban del C3 al C2, en el "cono" que ha sido la pesadilla de todos los alpinistas. El jueves, después de rechazar ser evacuados en helicóptero, y a pesar de que Carlos, Juanito y Javier (por emisora) repitieron hasta la saciedad que abandonaran TODO para bajar sin peso lo más rápido y seguro posible, desmontaron el C4, cargando tiendas, equipo y material, y bajaron a dormir al C3. En el primer rápel perdieron la antena de la emisora, por eso no podíamos comunicar con ellos (ni ellos con el CB).

El viernes, a las 7:30 de la mañana salían de la repisa que hay encima del cono, con todo el C4 y C3 en las espaldas. Colgados de las cuerdas, en el mismo cono, esquivaron una avalancha. Las dos noches anteriores había nevado, así que con más de 30 cm de nieve fresca, el grandísimo riesgo de desprendimientos y avalanchas, y toda la carga, llegaron al C2. Allí recogieron todo, y organizaron un depósito, ya que no podían transportar más peso.

En el CB no sabíamos nada de ellos desde la mañana del jueves. Pensando que habían dormido en el C3, esperábamos que llegaran entre la una y las dos del mediodía del viernes. En vista de que no aparecían, Javier Pérez y yo fuimos hasta el inicio del glaciar, con cámara y prismáticos para intentar verlos. Estuvimos una hora rastreando la vía, en la distancia, pero ni rastro. Eso sí, vimos caer cuatro avalanchas en distintos puntos. Cuando se nos echó la niebla encima, poco antes del ocaso, nos volvimos. Aprovechamos para dejar una losa de piedra con el nombre de Tolo en el "Memorial a los muertos en el Annapurna" que hay en CB de los franceses. Eran las 6 de la tarde. Abatidos por el recuerdo de Tolo y la terrible posibilidad de que nuestros sherpas tampoco volvieran, llegamos al CB. Seguíamos sin comunicar con Sonam y Dawa. Decidimos retrasar la partida prevista para el día siguiente, hasta saber la suerte que habían corrido. Horia, Jorge Egocheaga y Martín Ramos saldrían a las 5 de la mañana hacia el C2 (y C3 si era necesario), para ver si había algún rastro de ellos.

Nos acostamos tarde, con el ánimo totalmente abatido. Javier se quedó escribiendo un artículo para el periódico en el domo de comunicaciones. Sobre las 00:30 oí voces en nepalés y a Javier que gritaba "¡¡Han llegado los sherpas!!". Me calcé y salí tropezando de la tienda. Llené a Dawa de mocos y lágrimas, mientras lo abrazaba y le daba besos (no sé lo que debió pensar). Luego abracé y besé a Sonam. No sé quién lloraba más de los dos. Sonam venía muy muy cansado y bastante afectado por la muerte de Tolo. Habían tardado 17 horas y media en bajar (y recoger) del C3 al CB; un recorrido que, en condiciones normales, se hace en 5 horas. Dawa se comió un plato de las pochas que había preparado Juanito para cenar, y luego otro de Dal-Baht (arroz blanco con pure de lentejas). Sonam fue incapaz de comer nada, pero se bebió todo lo que le daba: té, zumo, agua caliente, y caldo. Le puse los pies a remojo. Lo suyo no eran congelaciones, más bien un pie de trinchera por las botas de plástico que llevaba. Dawa tenía la cara completamente quemada por el sol.

Hablé mucho con ellos, quise que me contaran de primera mano cómo habían pasado los dos últimos días. Su inglés es limitado, les cuesta expresarse y no es fácil entenderlos. Lo que puedo asegurar es que lamentan profundamente no haber podido ayudar a Tolo a sobrevivir al Annapurna. No voy a echar más leña al fuego transcribiendo sus comentarios, pero terminaré con una frase de Sonam: "En la montaña, somos todos una familia. Si no nos ayudamos, estamos muertos. Muchos sherpas han convertido la montaña en un negocio (business)". Y saben muy bien que, los únicos dispuestos a ir a buscarlos eran Horia, Jorge y Martín, porque los sherpas que había en el CB, pedían 400 euros por ir a echar un vistazo al C1.

Sonam Sherpa, 28 años. Solo Khumbu Village. Un hijo de 3 años y una hija de 20 meses. Cima en el Cho Oyu en 2007, y en el Annapurna en 2010.

Dawa Sherpa, 52 años. Makalu Village. Dos hijos y dos hijas; 30 años el mayor, 12 el pequeño.


Horia, Jorge y Martín en el CB del Annapurna


www.barrabes.com

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Realmente no sabe uno que decir... sólo que me alegro de que aún quede gente con humildad, humanidad y valores en este mundo, que por otro lado desconozco totalmente.

Es la primera vez que sigo tan de cerca una aventura de este calibre, y con tantos contratiempos, algunos desgraciadamente fatales... Otras veces he seguido más en la distancia las hazañas de Martín y Jorge, pero esta vez la historia me ha enganchado más y sólo puedo mostrar mi admiración por estas tres fantásticas personas (Horia, Jorge y Martín), con todo lo que la palabra persona debería de llevar normalmente asociado.

No cambiéis !!!

Carme dijo...

Impresionante!... a veces recupero la esperanza en el ser humano... bien... no a nivel general pero reconforta ver que todavia se pueden encontrar a algunas PERSONAS.

Anónimo dijo...

Máquinas los dos sherpas.
Tiene que ser fantástico cuando haces equipo y llega el momento en que te das cuenta de la suerte que has tenido por estar junto a la persona adecuada.

Anónimo dijo...

Estos dos sherpas han hecho cosas extraordinarias, mucho más que los alpinistas españoles. Joer, darles el protagonismo que se merecen.

MINDOLO dijo...

La verdad es que no se que decir. observando la foto, sobra todo comentario.
¡¡Este ochomil os ha marcado!!

Un abrazo fuerte